Como quien cumple quince años y hace fiesta con vals incluido y hasta baila y junta a sus amigos, a la chica que le gusta, a la familia y, obviamente, a muchos paracaidistas en un lugar brillante, con espacio para todos y un decorado sobrio, así, hoy abro las puertas de esta nueva casa, de los retazos de alma que compartiré en cada publicación y de este blog en general. Te abro las puertas a vos.
Lo abro así para que sea solo entre vos y yo. Y te pido lo mantengas así, íntimo, como un secreto cómplice, para que siga lindo, íntimo y también… íntimo. No me interesa aquí otra cosa que no sea comunicar con la gente que quiero, poemas con sinceridad de lo que veo y siento y veo también que otros sienten.
Me he puesto el reto de escribir aquí, diariamente, este tipo de poesía más extensa que, luego de 5 años de escribir breve, me resulta casi como una novedad. Lo haré primero por un mes y veremos qué resulta.
Sincero
No puedo
escribirte
un poema
corto,
largo…
cuesta.
Lo hice
ayer
pero ahora
blanco
blanco
blanco.
Nada.
Me vienen
lugares comunes,
frases simples,
una que otra linea
que ya escuché
en alguna canción.
Es mayor
tu brillo
a las rayas
que garabateo
ahora.
¿Alguna vez
te supiste cursi?
Así me siento
ahora.
El poema,
el verdadero,
se escribe
en tus ojos.
La obra maestra
es tu sonrisa,
la que imagino
dibujas
luego de leer
esto.
Esto
es solo
un pretexto.
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