Cima II
17-may-2011
Daño, turbulencia, agravio
e incluso amenaza silente, han intentado
mas no ha existido naufragio
que logre ahogar mi corazón
ardiente.
No bajé del cielo -ingenuo- con alas,
conozco bien el filo del puñal y la traición,
supe del barro y las espinas, hoy estoy limpio
y aunque hay vértigo y abismo, brilla el sol,
yo sonriente.
Cien veces he caído y muerto, mil veces
me he levantado y aunque herido
y ensangrentado he continuado
y continuado, una y otra vez,
persistente.
Desde el borde de esta cima me abraza el viento,
la inmensidad del horizonte me contiene,
me llaman los cantos de nuevos puertos
y mi alma es libre, por fin la comando
para siempre.
S.M.B.
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