Del baúl
13-agos-2012
Empecé a los 6 años. Fue amor a primera letra. De ahí en adelante, no me desprendí de la literatura. Leyendo. Escribiendo.
Limpiando una cuenta de mail antigua, esa nueva forma de «ordenar papeles viejos», me encontré un cuento que debo haber escrito entre el 2000 y el 2001.
Lo comparto con una sonrisa.
«Buscá la primera estrella que sale en la tarde y pedí un deseo, a veces se cumple. A mi ya se me cumplieron varios. Y si mirás contento a la luna puede ser que se forme un circulo alrededor y haya chilchina pero si estas triste y al verla no te alegras, tené cuidado de mirarla mucho porque tal vez te volves loco. A mi tío ya le pasó…»Lucas emocionado. Sus ojos transmitiendo esperanza mientras habla. En su tono y su forma de decir las cosas reconozco urgencia, esa urgencia de ser escuchado, de decir a otros lo que sabe para que no se pierdan dentro suyo. Y en su corazón y su mente reconozco la búsqueda y también la luz.Quién sabe por lo que está pasando en estos momentos o que cosas más ocuparán sus pensamientos, sin embargo, el registro es claro.Es evidente que para él no todo es plano medio, sabe que hay posibilidades de que la vida, el mundo, el tiempo y la mirada sean de otro modo o por lo menos quiere creerlo así. No le gustan las cosas grises y chatas y mira hacia el cielo buscando la respuesta.«La respuesta está en vos mismo, la respuesta está en tu corazón» le digo.Lucas sonríe, me da un apretón de manos de hombre de 9 años que es y se va corriendo a buscarse a sí mismo. A su corazón lo había dejado escondido debajo de un árbol para que así nadie se lo toque ni le haga nada. Al encontrarlo siente una alegría gigantesca. Hace fuerza con el puño y dice «Yes!». Yo sonrío botando aire.
Sube de a poco hacia la parte mas alta del árbol que guardaba a su corazón, se sienta en la copa – triunfante – y al ver que ya era casi de noche, se pone a observar el cielo… por si acaso.
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